martes, 27 de enero de 2009

Parecido/


No me toquéis los codos ni los hombros,
No quiero diferencia ni soledad ajena,
Quiero ser, en mi espacio, solo y otro,
Quiero ser, solo y otro,


El otro y solo que quisiérais vuestro,
del que os lloráis acaso y os reís sin duda,
del que os calláis sin duda y del que acaso habláis.

No, yo no quiero ser de otra manera,
de la manera que todos somos otro, no quiero la desidia inmensa
de haber sido,¡que fraude!, parecido ¡PARECIDO!

Con horas de placer y corridas,
de salida, de juego, de devenida,
de otro amor, además del grande,
del reconocimiento, de saludo general.

Al raro y solo que yo sólo quiero ser le basta,
su pena de ser otro y de estar solo,
de pena sola y otra,
de irse solo y otro de la noche
a la música, al mar,
de irse solo y otro al amor grande,
a la obra, al desnudo y a la muerte.
~

Es una pena que se le otorgue mentalmente sólo una virtud a alguien, cuando éste destaca por multitud. Al premio Nobel Juan Ramón Jiménez siempre se le asociará a su etapa sensitiva, sin embargo a mi me interesa más la lúcida decadencia de animal de fondo. Disfrutar con las alucinaciones de viejos comiendo piedras en Moguer y no con el relamido, pequeño, peludo y suave Platero.

Hay que intentar entenderse a cada momento, pareciendo novedoso aun sin serlo, sin perder perspectiva pero perdiéndote y poniéndote perdido

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