lunes, 2 de marzo de 2009

poesía fugaz



Hay gente que llega, aporta, y se va para siempre. Es el caso del poeta glam Steve Harley.

Durante los años 70 se producen hechos sociales que marcan cambios en la continuación de los 60 hippies, producto de una mayor liberación de sus condicionantes misóginos y homófogos. El glam rock irrumpe y rompe moldes, da un nuevo giro a la situación y propone a la música como espectáculo.

David Bowie era el más aclamado del comienzo de los 70 en Inglaterra, el rey del glam rock. Lo andrógino de su aspecto, la creación de un alter ego espacial como Ziggy Stardust, sus giras que abarcaban desde Tokyo a Nueva York pasando por Moscú, la actitud liberal ante la vida y en el escenario, el maquillaje kabuki, etc. Todos estos condicionantes le hacían ser lo más grande, musicalmente hablando, aparecido en Gran Bretaña desde el boom de los Beatles. Unos años (71 – 75) dominados por los Marc Bolan (T.Rex) o Gary Glitter y sus equivalentes americanos, Alice Cooper e Iggy Pop.



Pero quizás quien consiguió un éxito de público más heterogéneo (y efímero) fue Steve Harley y su grupo Cockney Rebel. Harley estaba influenciado por Dylan, Lou Reed o el propio Bowie y supo darle teatralidad lírica a sus composiciones, así lo manifiestan algunos de sus temas clásicos (soberbia “Death Trip”). Este “Sebastian” (de su álbum debut “The Human Menagerie”) es de una clase portentosa.
“We only just begun, babe, to compromise
Slagged in a bowery saloon,
Love's a story we'll serialise
Pale angel face; green eye-shadow,
The glitter is outasite
No courtesan could begin to decipher
Your beam of light”

Me dejaría cortar un dedo por el vinilo original.

El segundo disco de la banda es uno de los mejores de la década, “The Psychomodo”. Producido por Alan Parsons, este LP encierra maravillas: “Sling it”, “Cavaliers”, “Sweet Dreams” y esa preciosa pieza que sólo puede disgustar a quien no tenga sentimientos, “Tumbling Down”. Todd Haynes la seleccionó para una recreación en su película Velvet Goldmine de 1998, que trataba sobre el glam rock.
El actor Jonathan Rhys Meyers interpreta la escena.


En el 75 editaron “The best years of our lives”, que incluía el éxito “Make me smile (come up and see me)”.


Tras esto la banda continuó sacando discos, pero sin capturar mi interés. Steve Harley tiene actualmente trabajos en solitario a la venta y también es crítico musical en un segundo canal de la televisión británica. Su pluma se secó hace tiempo o más bien únicamente tuvo relevancia cuando mostró un nuevo camino. Lo que tenía dentro ya lo contó. Todo lo que sigue es repetición de lo que hizo o imitación de otros. Aunque durante dos discos y medio fue el mejor escudero del Mesías (Bowie) y el más inspirado letrista glam. ¡Dios Salve a Steve Harley, el poeta fugaz! Porque aportó escritura original al color.

[Escuchar canción. No prestar atención al fatídico montaje]


Una vez en la vida hay que escuchar un disco de Steve Harley (“The Human Menagerie” o “The Psychomodo”) tras una noche de marcha, a ser posible mientras sale el sol.

2 comentarios:

  1. Magnífica documentación estuardo.sigue asi,me encantan tus articulos.1 abrazo de vito que lee extasiado tus parrafadas.

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  2. Me encanta que sean de tu agrado. gracias Vito :]

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