viernes, 13 de marzo de 2009

Looking-Around


Una vez vi al hombre lobo a la luz de la luna, cuando los murciélagos estaban volando. Él lloraba al lado de su ropa de hombre.

Hay que mirar, descansar y volver a mirar a nuestro alrededor. Siempre dispuesto a la acción de recibir información. Ojalá, Amanda, tú seas una mujer de acción y no de sentimiento, ¿verdad?
El inacabado esfuerzo de escuchar hasta empaparse de la verdad de los demás. Ese donaire de empatía tan escaso en los casos del día a día.
Sucede que me canso de mis pies y mis uñas y mi pelo y mi sombra. Sucede que me canso de ser hombre.
No existe equilibrio en este teatro; habrá que encarecer la ausencia de literatura. A tientas te van tocando mientras intentas imponer tu yo, tu ser, tus ideas, tú, a toda costa. Viene a ser lo mismo que consta en el ánimo de los otros. Parecidos, iguales, terribles hasta desgastar el fruncido como Pierrot, el payaso.

Payaso, una vez vi al hombre lobo llorando.

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