domingo, 19 de abril de 2009
De las entrañas, Lord Byron y otras cuestiones
Dibujo: Clara Barguti
La validez de la información viene determinada por la forma. El contenido ya no tiene tanta importancia porque muta hasta lo falso. Un paraje abierto en mitad de la naturaleza puede ser tan sombrío como una kafkiana oficina de plumillas a mediados del siglo pasado. También el cambio en la perspectiva da minucioso retrato de nuestras profundidades más extrañas. Cosas no resueltas que conllevan una energía, casi siempre, mal puesta. Soy tan poco artesano como necesito serlo.
A esto, el miedo es la peor sensación del mundo y Lord Byron lo encriptó fielmente en su “oscuridad”
-
Morn came, and went - and came, and brought no day,
And men forgot their passions in the dread
Of this desolation; and all hearts
Were chill'd into a selfish prayer for light:
And they did live by watchfires
-
Primavera por fin tras el negro invierno al calor de un infierno. Se torna a avistar las cosas perdidas durante un tiempo sin luz, donde buscando estar cerca de la candela no me preocupó imitar las llamas. Hay que mimetizar para lo vivo, así dejar atrás los claros agujeros del desierto hervido. La gracia de fingir lo verdadero da paso a la desgracia de no sentirlo. Ahora la conformidad entre imagen, sentimiento y pensamiento vuelve a ser de acuerdo inmutable. Decidir al igual que la Sophie de Styron sigue siendo un reto apasionante, cuando te juegas lo cotidiano a cada momento, a cada segundo, a cada pasado nazi, a cada paso.
El miedo es menor si no sufres miedo a tenerlo.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario